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lunes, 30 de noviembre de 2015

CAPÍTULO XXI: baños de leche

Jueves, 26 de noviembre de 2015

Hoy madrugar no fue un problema, porque, sabiendo que es el único día que sales relativamente temprano y que no tienes clase de química todo se lleva mejor.
La clase de sueco fue muy llevadera. Nos lo pasamos muy bien intentando traducir un texto a español con la notable ayuda de la profesora una vez visto que los primeros intentos provenientes de nosotros fueron un fiasco. Una vez acabado de traducir el texto se acabó la clase. No tuvimos que volver a entrar a un aula hasta la hora de matemáticas (de 9:30 a 12:20). La clase de mates la pasamos entre los malditos números imaginarios que nos tienen locos a Saúl, a Antía y a mi.
Acabamos a la una y media y nos volvimos para casa inmediatamente.

Viernes, 27 de noviembre de 2015

Eso de no tener clase hasta las once menos diez alegra el día a cualquiera.
La clase de matemáticas ya fue desde el principio muy muy rara. Estuvimos esperando Saúl y yo a una Antía que nunca llegó, estaba enferma, desde ese momento supe que el día iba a cambiar rotundamente de la rutina. Esta clase la pasé entre, de nuevo, los números imaginarios e intensas miradas al reloj, que parecía que permanecía inmóvil durante toda la clase. 
Cuando por fin la profesora dijo: ladies and gentlemen, me llené por dentro de un gran alivió, la clase había acabado.
Fuimos inmediatamente al comedor que cerraba pasados diez minutos. El comedor esta casi vacío y estuvimos comiendo con los compañeros de clase. Las empleadas del comedor empezaron a recoger las mesas mientras comíamos, y, de repente, una de las empleadas tropezó muy cerca nuestra vertiendo todo el contenido que llevaba en los vasos sobre Saúl. Saúl quedo empapado por una mezcla de leche y agua. 
Bajo esta nueva circunstancia pensamos que Saúl no podía ir así a clase de gimnasia, pero como vive lejos, solo tenía dos opciones: o ir a cambiarse y perderse la clase de Educación física o estar toda la clase mojando apestando a leche.
Decidimos volver a casa, y yo lo acompañé. Se cambió y volvimos, pero en vez de volver al instituto, fuimos a Estocolmo, la clase ya había acabado y no teníamos nada más. En Estocolmo dimos un paseo con Antía e Irina y volvimos a casa. 
Como dije anteriormente, este día se iba a salir completamente de lo habitual. Fue un día muy raro, con muchos contratiempos y demasiadas emociones diferentes. Al llegar a casa me di cuenta de lo cansado que estaba. En la cama estuve un rato pensando que bien lo había pasado ese día.

CAPÍTULO XX: presentaciones y clases sin clase

Lunes, 23 de noviembre de 2015

Me estoy cansando de Singapur ya... El trabajo de inglés me está quitando mucho tiempo de mi vida. Entre hacerlo, rehacerlo y volverlo a hacer otra vez no tengo tiempo ni para comer (exageración), (exageración demasiado grande).
Bueno en todo caso si que me quita mucho tiempo, de hecho tengo que volverlo a hacer otra vez. Así como el trabajo de español, aunque este me llevó mucho menos tiempo y dedicación, ya que lo hice con Saúl, Antía e Irina, durante el gran recreo del lunes. 

Martes,  24 de noviembre de 2015

¿Como te quedas cuando te dicen que tienes que hacer un examen en un idioma que llevas estudiando medio mes dos horas cada semana que es totalmente nuevo para ti? Pensadlo, yo me quedé bastante intranquilo como mínimo. Pero bueno confío en que no sea muy difícil (no puede serlo, en teoría).
¿Y como te quedas si un profesor te dice que puedes dejar de ir a clase si haces un trabajo a cambio? Emociones fuertes del martes. La verdad es que cuando escuché estas palabras al salir de la boca de mi profesor de química me puse muy contento. ¿No tener que ir a clase en tres semanas que me quedan aquí a cambio de un trabajo de repaso? Acepto la oferta/reto.


Miércoles, 25 de noviembre de 2015

Que bien sienta que un profesor no vaya a clase y no tengas que madrugar tanto, pero aún sienta mejor tener tres horas el mismo día con ese profesor que falta.
No tener que madrugar, más tener un descanso de dos horas para comer y descansar entre las clases de la mañana y las de la tarde es la gloria. Todo esto compensó el tener que hacer un trabajo en español sobre España delante de una clase entera de más o menos 30 personas. Al menos yo estuve nervioso la media hora anterior a empezar, sentía como si mis tripas estuvieran llenas de piedras, pero una vez empezado el trabajo las piedras se fueron... hasta... acabar la presentación, que me acordé de la presentación de Singapur en clase de inglés, que tenía que haber tenido 2 horas después, con lo que estuve con los nervios a flor de piel dos horas enteras, leyendo y releyendo el maldito trabajo. Cuando por fin entramos en clase, la profesora, la agradable profesora de inglés, nos dijo que no teníamos que exponer hasta el lunes de la semana que viene, y bueno, en ese momento todos los nervios se fueron de mi ser, y me embriagó una misteriosa pero conocida alegría.

jueves, 26 de noviembre de 2015

CAPÍTULO XIX: arte moderno, jacuzzis y centros comerciales

Sábado, 21 de noviembre de 2015

Hoy fue un día muy emocionante. Fuimos a Estocolmo. Ir a Estocolmo siempre está bien la verdad.
Entramos en dos museos, uno sobre cultura asiática (japonesa, más que nada), y otra sobre arte moderno (arquitectura, pintura, fotografía y escultura moderna).
Madrugué más de lo debido, de hecho, una hora más pues había puesto el día anterior la alarma mal. En el momento que vi la hora al despertarme me sentí la persona más tonta del universo, pero después del desayuno que me tomé de casi una hora se me pasó cualquier asomo de sentirme idiota.
El museo de etnografía asiática no estuvo mal, pero no fue una cosa que me haya encantado. A este museo fuimos el primero.
El de arte estuvo mucho mejor. Las maquetas combinadas con las raras esculturas, las bonitas fotografías, los cuadros cubistas y todo los que nos reímos fue una mezcla explosiva con la que pudimos sobrellevar el frío y cualquier cosa que se nos pasase por delante.
Hubo una sala en la que nos lo pasamos especialmente bien. Esta sala estaba completamente vacía. Ni un mueble, solo personas. Lo que sí había eran unas lámparas en el techo, estas de color sepia daban un ambiente a la sala vacía muy extraño. Mirabas para cualquier lado y te parecía una fotografía vieja y estropeada por los años, como con un filtro tono sepia. Nos hicimos muchas fotos y nos reímos mucho más de ellas, estuvo guay.



Domingo, 22 de noviembre de 2015

Después del día de ayer cualquiera no está cansado. Aún así me levanté a las nueve.
Fui al nuevo centro comercial con Hanna y su familia. Este nuevo centro comercial está en Estocolmo, y cuando digo nuevo, me refiero a abierto hace una semana, con todo lo que eso conlleva: gente, ruido, no poder sentarse para comer, no poder sentarse para descansar para descansar, no poder entrar en los baños totalmente ocupados, aún más gente. Horrible. Pero se fue llevando. La verdad es que el centro comercial es grande y tiene un montón de tiendas interesantes, pero mejor ir pasados unos meses...
Cenamos con la familia, bueno, con los abuelos. Son muy majos pero no hablan mucho inglés, al menos eso me pareció. Y después de cenar con los abuelos vino lo más placentero, agradable y que me hizo sentir mejor de todo el día: el jacuzzi al aire libre. ¡Que bien se estaba allí dentro! Con -3 grados de temperatura, solo tu cara fuera del agua caliente, y con un buen batido en la mano. La verdad es que fue una situación muy agradable, allí sentados toda la familia, a la luz de la luna y con el cielo completamente despejado. Lo repetiría, sin duda.



domingo, 22 de noviembre de 2015

CAPÍTULO XVIII: patinajes y saunas

Miércoles, 18 de noviembre de 2015

A las ocho estaba en el instituto. Primero tuvimos matemáticas, donde empezamos con los números complejos para no perder el hilo (si no está ya perdido) con nuestra clase en España, antes de esto la profesora nos dio unos caramelos porque en clase estaban dando estadística, y para saber cuanta cantidad de cada color había en cada paquete, lo mejor, nos los dejó comer. A segunda tuvimos segunda lengua, a la que no tuve que ir porque no nos mando asistir el profesor, con lo que Antía y yo nos sentamos en una mesa y ella dibujó y yo me acabé el tercer libro de Harry Potter mientras comíamos los caramelos.
A tercera volvimos a tener mates y a última tuvimos inglés, donde a parte de hacer el trabajo sobre los países, nos examinó del libro de lectura.
Ya eran las cuatro cuando acabamos, con lo que nos fuimos cada uno a su casa y ahí acabó el día.

Jueves, 19 de noviembre de 2015

Empezamos la clase de sueco a las ocho y media. Estuvimos leyendo las redacciones que tuvimos que hacer sobre nosotros y nuestra casa de acogida. Luego tuvimos un gran recreo porque no vino el profesor de química (Peter), pues está en una asamblea en Gotemburgo. A la siguiente y última hora tuvimos matemáticas y, aunque aún fueran la una y veinte cuando acabó, nos fuimos cada uno a su casa, para poder descansar de la semana y adelantar trabajo de los institutos.

Viernes, 20 de noviembre de 2015

Hoy dormí, aunque no os lo creáis, nueve horas. No empecé el instituto hasta las once, con lo que no me tuve que levantar hasta las ocho, lo cual, aquí, es levantarse tarde. A primera hora tuve, como no, matemáticas. Luego comimos y fuimos al sitio de patinaje porque teníamos educación física.
Sinceramente pensé que patinaba mucho peor de lo que lo hice en la clase, porque hacía mucho que no patinaba sobre hielo, encima con un palo de hockey en la mano. La verdad es que me lo pasé muy bien, y me arrepentí bastante de habernos perdido y no haber ido la anterior vez a patinar en clase.
Cuando acabó gimnasia fuimos todos los españoles a casa de Antía a acabar de ver una película que dejamos a medias. Luego nos fuimos cada uno a sus casas, organizamos el día de mañana y me metí en la sauna que tienen mi familia de acogida en casa. Es la tercera vez que voy a la sauna en mes y medio, y la verdad es que me está gustando mucho. Luego ya cenamos y nos fuimos a dormir.
Bueno, la verdad es que cenamos con mucho lujo,porque cenamos carne de toro al horno, sobre una tabla de madera de roble, con patata, tomate y espárragos. 

jueves, 19 de noviembre de 2015

CAPÍTULO XVII: nuevas amistades

Lunes, 16 de noviembre de 2015

Lunes de nuevo..., me desperté a las cinco y media. Hice lo de todas las mañanas y salí a por el autobús. Llegué al instituto y estaba esperando Saúl. Esperamos por Antía y fuimos a inglés.
En inglés estuvimos haciendo unos trabajos sobre países (a mi me tocó Singapur), que tenemos que exponer el 23 de noviembre.
Luego tuvimos segunda lengua extranjera (francés), donde tuve que hacer una breve exposición sobre Antoine de Saint-Exupéry (autor de El Principito). Después de clase fuimos a el centro comercial a comer y pasar el rato (recreo de casi tres horas). Y la última clase fue biología donde no hicimos nada.
Cuando acabó nos fuimos cada uno a su respectiva casa. Cené y me metí en cama.

Martes, 17 de noviembre de 2015

A primera tuvimos matemáticas, donde nos dió el examen que habíamos hecho. La verdad es que estamos contentos por no suspender, aunque el examen fue fácil, nos costó lo suyo sacarlo.
A segunda tuvimos biología que estuvimos con el microscopio viendo las células de la cebolla y a última Peter no vino, con lo que no tuvimos química y en vez de salir del instituto a las cuatro salimos a la una y veinticinco.  
Los compañeros del instituto nos invitaron a ir al Täby centrum a pasar el rato, con lo que nos unimos y estuvimos un rato con ellos, fuimos al Expresso House a tomar el "fika", donde nos presentaron un bebida parecida a la Coca-cola, pero hecha en Suecia y que solo se vende en Navidad. Luego cogimos el bus y volvimos a casa. Ya en casa cené con Hanna y la familia y nos fuimos a la cama. 

martes, 17 de noviembre de 2015

CAPÍTULO XVI: descansos y reflexiones

Sábado, 14 de noviembre de 2015

Dormí de un tirón y bien, lo malo fue que me acosté tarde por lo de París. Me levante, eso sí, a la hora que quise (las diez de la mañana) y desayuné. 
La verdad es que este día nos compenetramos bastante bien la familia y yo, porque fue un sábado de descanso. Ellos se dedicaron a lo suyo y yo me dediqué a hacer deberes, estudiar y ver películas para desconectar. Después nos reunimos en la cena y tuvimos una charla curiosa. El padre, al parecer, había ido a ver a Madona a Estocolmo, con lo que cenamos sin él.
Después ya subí a mi habitación y me metí en la cama, porque aunque lo que hice no fue gran cosa, estaba bastante cansado a esas alturas del día.

Domingo, 15 de noviembre de 2015

A las siete ya estaba desayunando en la cocina. Os preguntareis por qué me levanté tan pronto un domingo. Bien, pues porque quedamos a las once de la mañana todos los españoles en el pueblo donde vive Saúl, que está a dos horas de viaje de la casa donde vivo. 
En Vaxholm visitamos el puerto antiguo, pero no tardamos mucho y cogimos de nuevo el bus y fuimos a casa de Antía. Allí lo único que hicimos fue hablar.
Luego cogí el bus de vuelta y llegué a eso de las siete. Cenamos, recogí mi habitación y me metí en cama.


sábado, 14 de noviembre de 2015

CAPÍTULO XV: hay humanos, pero no humanidad.

Viernes, 13 de noviembre de 2015

Si tuviera que resumir el día de hoy en una sola palabra, esta sería torpez.
No madrugué, fui al instituto, tuve clase de matemáticas, salí del instituto, fuimos a casa de Elin (sueca de Antía), vimos una película de dibujos animados, volví a casa, me pusieron otra película de James Bond, la ví y para acabar..., bueno, antes de nada debo decir que el día iba bastante bien, me lo pasé genial, vi dos películas, sin estrés, como cualquier viernes por la tarde en la vida de un estudiante. Pero ojalá fuese cualquier viernes.... como iba diciendo, y para acabar, París.
¿Por qué torpez? Bueno, es simple. En mi opinión, no deberíamos chocar con un obstáculo si con este ya chocamos en algún lugar del pasado. El ser humano, según dicen, es el único ser conocido que "tropieza dos veces con la misma piedra". Y esto, esto lo que pasó hoy. 
En teoría venimos todos del mismo sitio, tenemos dos manos, dos pies, dos ojos, una boca, lo único que nos diferencia es la manera de pensar y actuar en consecuencia. Yo no digo que haya gente mejor o peor, no somos diferentes por ser ricos o pobres, ni por tener el pelo negro o rojo. Pero a la vez no somos iguales. Nadie es un clon del otro, aunque así nos haga ser la sociedad.
Con esto quiero decir que somos diferentes pero también somos iguales. Para mi, todos somos iguales de manera generalizada hasta que, siendo consciente de tus actos, haces que gente deje de ser gente. Para mi la gente que acaba con una persona, ya sea por rencor,  por creerse superior, por un ser superior o por, rayos, cualquier cosa, deja de ser gente para acabar siendo nadie. Por eso quiero decir que estoy con las familia de los parisinos, los sirios, los libaneses, los bagdadíes, de los alemanes, los indios, los chinos, los estadounidenses, los españoles, de los americanos, los europeos, los asiáticos, los africanos y los oceánicos que han perdido un ser querido por culpa de estos nadie.  
Espero que algún día, dejemos de ser torpes, y dejemos de tropezar con el mismo obstáculo una y otra vez que son las guerras y las muertes de seres inocentes.
Hoy es un día para recordar en la historia como un día que debería enseñarnos muchas cosas que tal vez, no seamos capaces de ver.

CAPÍTULO XIV: días por Estocolmo

Miércoles, 11 de noviembre de 2015

Como todos los miércoles madrugué. Bueno no, hoy me levante con una sonrisa fuera de lo normal en la cara. Además, este día comenzó así:

Eso, a las cinco de la mañana ya estaba de pie. Me preparé, cogí mis cosas y me fui solo en la bicicleta a la parada de bus. Hice las casi dos horas de viaje y llegué al instituto.
A primera tuve matemáticas y a segunda francés. La verdad es que estas dos clases se me pasaron bastante rápido. En francés estuvimos en una de las aulas de informática porque tenemos que hacer una presentación sobre un escritor francés (yo escogí Antoine de Saint-Exupéry, autor de "El principito"). Cuando acabó la última clase nombrada ya eran las once y diez, y esta el la razón por la que esa sonrisa apareció en mi cara al despertarme: ya no teníamos más clase en toda la mañana, con lo que pudimos ir a Estocolmo.
En Estocolmo lo único que hicimos fue pasear por una de las calle más populares del lugar, donde hay como seis H&M seguidos. La calle estuvo abarrotada de gente desde que llegamos hasta que nos fuimos. En Estocolmo también comimos. A la hora de marchar fuimos a la estación de buses y ya salimos directos a casa.
Llegué a la hora de cenar, con lo que cenamos y luego ya me metí en la cama.

Jueves, 12 de noviembre de 2015

Me volví a levantar con la misma sonrisa del día anterior. Esta vez el viaje de ida lo hice junto a Hanna.
A primera hora tuve sueco. En sueco hablamos más que nada de lo que íbamos a hacer por la tarde con la profesora, luego, hicimos un repaso rápido de lo que llevamos viendo hasta ahora. A segunda hora tendría que tener química, pero no tuvimos que ir porque iban a presentar un trabajo que hicieran antes de que nosotros llegáramos, por lo que no nos interesaba y nos dejó marchar. 
Salimos de nuevo hacia Estocolmo a eso de las diez. Llegamos y nos pusimos a dar un paseo por una zona que se llama Slussen con el objetivo de encontrar unas casas antiguas y típicas que nos recomendaron por lo bonitas que son para ver, pero no las encontramos ni después de hora y media caminando.
Luego fuimos a comer. Después fuimos a un edificio que ahora mismo no recuerdo el nombre (cerca de donde comimos) donde una mujer nos explicó de una forma muy amena y divertida con un mapa de la parte de la ciudad donde estábamos, la historia de cómo pasó de ser una zona industrial a ser un barrio ecológico sostenible. Esta zona se llama Hammarby Sjöstad y fue premiada con el premio Green City. Después de esta interesante charla volvimos al sitio donde comimos y dimos un paseo por ahí, viendo las tiendas y el ambiente de esa parte de Estocolmo.
Volvimos a casa y cenamos. Luego me metí en la cama.

CAPÍTULO XIII: comienzos odiados

Lunes, 9 de noviembre de 2015

¿Por qué sea el país que sea, siempre he odiado los lunes?
A pesar del fin de semana intenso que tuvimos y de haberme acostado a las doce de la noche conseguí levantarme a las cinco de la mañana.
Hice lo de siempre: ducharme, desayunar, arreglarme, coger el bus, dos horas de viaje, llegar al instituto, dedicarme a atender en clase e interaccionar todo lo que pude, comer, y volver a casa.
La verdad es que pensé que no iba a caer en una rutina por dos meses que estoy aquí , pero al parecer si. De todas formas no me importa mucho porque me lo paso bien cada día con lo que se va llevando, además. estar en suecia da una emoción importante al asunto.
Y en esto se resume mi lunes. Se que no es mucha cosa, pero en realidad me lo paso bien.

Martes,  10 de noviembre de 2015

Como todos los martes madrugué, desayuné, me duché, salí de casa, cogí la bicicleta, llegamos a la parada de autobús y... nos llevó el padre de una amiga de Hanna. Como hicimos el viaje hasta el instituto en coche lleva menos tiempo, y llegué como cincuenta minutos antes de que empezasen las clases. 
Después llego Irina y por último Saúl y Antía. Fuimos a clase de sueco, luego a mates, luego a biología y por último a química, el cual nos dejó salir antes (casi dos horas antes de que acabase la clase, estaban en examen que no tuvimos que hacer). Así que fuimos a la parada de bus, lo cogimos, y otras dos horas de viaje de vuelta a casa. Llegué y me puse a estudiar un poco para el instituto de Lugo. Luego cené y me metí en la cama.

lunes, 9 de noviembre de 2015

CAPÍTULO XII: películas y más películas

Sábado, 7 de noviembre de 2015

A eso de las doce de la mañana/tarde decidí levantarme. Desde las seis que nos acostamos hasta las doce que nos levantamos me debí despertar y quedar dormido sucesivamente como diez veces.
Desayunamos juntos y nos duchamos. Luego recogimos la casa un poco y cuando estábamos a punto de salir nos cambiaron los planes y perdimos el bus, con esto quiero decir que Unni nos dijo que a la noche siguiente no podíamos dormir en su casa, con lo que cambiaron los planes drásticamente. Aún así salimos de casa y fuimos a otra parada de autobús a eso de dos kilómetro para cogerlo y ir a Norrtäljie. A la mitad del camino nos dijo Elin (sueca de Antía) que nos podíamos quedar a dormir en su casa, y la verdad es que nos salvó un poco la vida. Cogimos el bus hacia Täby y en cincuenta minutos llegamos.
Fuimos al supermercado y cogimos una pizza, bebidas, chocolate y patatas. Al llegar a casa preparamos la pizza, unos macarrones y cenamos en la terraza. Luego estuvimos hablando un rato en el sofá y pusimos otra película de terror psicológico. Esta si que no la había visto y me asusté bastante. Luego pusimos una de dibujos animados para relajar un poco el ambiente que me encantó y en nada ya eran las cuatro de la mañana, con lo que nos metimos en la cama (bueno, Saúl y Antía en la cama e Irina y yo en el sofá) y nos quedamos dormidos al momento.

Domingo,  8 de noviembre de 2015

Confirmado, el sofá es mucho más cómodo que el suelo.
A las once de la mañana ya estaba despierto. Estuve haciendo un poco el tonto en el sofá, pero a eso de las 11.30 ya me levanté a hacer el desayuno. Volvimos a desayunar todos juntos y luegonos arreglamos y nos vestimos.
Salimos de casa con tiempo para coger el bus en Täby centrum. Al llegar a Täby centrum cogimos el bus, y al cabo de un tiempo nos dimos cuenta de que no sabíamos donde estábamos, sí, habíamos cogido el bus que no era. Quedáramos con Hanna y su familia en Norrtäljie a las 14.35, y con el bus que teníamos que haber cogido llegábamos bien, pero como lo perdimos... De todas formas  pusimos el Google maps y llegamos a coger otro bus y solo llegamos cinco minutos tarde al encuentro.
Ya en Norrtäljie nos encontramos con Hanna y nos metimos en el coche de Hakan (el padre) para ir a la bolera. En la bolera tuvimos una linea para nosotros cuatro solos (los españoles) y la verdad es que nos lo pasamos bastante bien. Después nos despedimos y cada uno fue para su casa.
En casa cené con la familia y hice la redacción de inglés. Luego me metí en la cama.

domingo, 8 de noviembre de 2015

CAPÍTULO XI: escaladas y trasnochadas

Viernes, 6 de noviembre de 2015

Los viernes son los días de la semana que más me gustan. No tengo que madrugar, tenemos cuarenta y cinco minutos de tutoría, luego matemáticas y educación física.
Tutoría empieza a las 10.00 de la mañana, pero este viernes no tuvimos que ir porque estuvieron haciendo como una evaluación de cada alumno, y nosotros como llevamos poco tiempo no nos podían decir nada. A segunda hora matemáticas, examen en este caso. El examen fue bastante fácil, pero más que nada era un examen para reflexionar y pensar, por lo que nunca sabes si te salió bien o no. A última hora tuvimos gimnasia, y esto si que fueron las risas. 
El día de hoy tocaba escalada. Dividieron la clase en dos mitades. En la segunda mitad estuvimos Saúl, Antía y yo. Mientras la primera mitad de la clase escalaba, nosotros jugamos al hockey sala. Saúl y Antía metieron un gol cada uno. Después de un tiempo nos tocó escalar y tuvimos que hacer grupos de tres, con lo que fuimos juntos. 
La primera en subir fue Antía, mientras, yo tenía el otro extremo de la cuerda. Antía al principio fue subiendo bien, pero a medida que iba subiendo más y más lo iba pasando peor y peor. Hubo un momento en el que llegó a un punto en el que no pudo subir más con lo que estuvimos animándola para ver si conseguía seguir subiendo, pero al final quiso bajar y la bajamos.
El segundo en subir fue Saúl, y la que la agarraba fue Antía. Saúl al principio le costó más empezar, pero nada, fue solo el principio porque a medida que iba subiendo lo iba haciendo mejor. una vez casi arriba de todo llegó a un punto donde no encontraba donde agarrarse, con lo que se empezó a agobiar y después de unos minutos más intentándolo decidió bajar.
El último en subir fui yo, y el que me sostuvo fue Saúl. Yo subí sin complicaciones hasta arriba, pero al bajar, como había que bajar haciendo rafting, pues bajé haciendo rafting, pero como peso más que Saúl, con cada impulso que daba, es se elevaba un poco y casi sale volando. A pesar de todo fue bastante gracioso y nos lo pasamos muy bien.
Al salir de clase fuimos directamente a la estación de autobús porque fuimos a dormir a casa de Unni (sueca de Irina), y quedaba poco para el último bus.
Al llegar nos pusimos a jugar al Monopoly, donde claramente ganó Saúl. Luego jugamos a un juego de una torre y después vimos dos películas de terror psicológico que ya había visto. Mientras hacíamos todo esto comíamos chocolate, galletas, patatas y gominolas como cena. Cuando acabó la última película nos metimos en los sacos de dormir y nos acostamos en el suelo del salón, debían de ser las seis de la mañana.

CAPÍTULO X: la rutina

Domingo, 1 de noviembre de 2015

El día siguiente de uno de los viajes de mi vida no se madruga. Me levanté a eso de las 10, pues no había dormido nada los días anteriores y además era domingo. Bajé a desayunar y luego subí a recoger la habitación.
Estuve toda la mañana con el ordenador y a eso de la una de la tarde me invitó el padre a ir a correr por el monte con él. Estuvo bien pero me cansé bastante porque el recorrido fue entre árboles y con un desnivel importante, además de todas las piedras que tuve que esquivar. Después dejé al padre dando otra vuelta mientras yo seguía con mi propio entreno. Luego llegué a casa y comimos algo.
Cuando acabamos subí a estudiar un poco el temario del instituto de Lugo (matemáticas y química más que nada) y no paré hasta la hora de cenar. A eso de las cuatro cogimos el coche y nos fuimos a cenar a un sitio del cual no me acuerdo el nombre con la familia de Asta (madre de Hanna) para que yo los conociese. Cené una pizza bolognesa porque la carta estaba en sueco y fue lo único que entendí. La familia de Asta la verdad es que me pareció muy maja, allí estaba la abuela de Hanna, la tía y su marido, la prima con su novio y su hijo y luego estaba Hanna, su madre, su padre, sus hermanos y yo.
Al acabar de cenar cogimos otra vez el coche y volvimos a casa, pero más o menos por la mitad del camino nos paramos en un cementerio a visitar la tumba del abuelo por parte materna de Hanna para ponerle una vela. Después ya nos fuimos a casa y nos acostamos todos.

Lunes-jueves, 2-5 de noviembre de 2015

Esta semana ha sido la semana más tranquila desde que estoy aquí. No pasó nada fuera de lo normal, solo seguimos la rutina de todos los días. Madrugar, dos horas de bus para ir, estar en clase hasta que anochece, volver a hacer las dos horas de autobús, cenar y acostarse hasta el día siguiente.
Lo único así destacable de esta semana fue que por fin pudieron contactar por Skype mis padres y los padres de Hanna.
Podría escribir la rutina de cada día pero es siempre lo mismo y sería aburrido, por lo que esta semana la junto entera y no suelto un rollo que no tiene ningún fin.


martes, 3 de noviembre de 2015

CAPÍTULO IX: Finlandia

Jueves, 29 de octubre de 2015

Cuando el año pasado me dijeron que tenía una pequeña posibilidad de venir a Suecia de Erasmus dos meses no tenía ninguna esperanza en venir. Ahora que estoy aquí creo que al cabo de más o menos 17 días lo voy asimilando. Pero ahora me viene una posibilidad más, tengo la oportunidad de ir a visitar la gran capital de Finlandia, Helsinki. Y eso si que todavía no me lo creo.
Me levanté medio "shockeado", con una conmoción bastante importante. Eran las ocho de la mañana (no tenía porqué madrugar, pero no pude dormir más), bajé a desayunar (no desayuné casi nada, no pude desayunar), y me vestí la ropa que había preparado el día anterior. Estuve un rato hablando con mis amigos y luego cogí la maleta y la mochila y bajé. Me invitaron a un café (realmente necesario) y a unas galletas. Cogí la maleta, la metí en el coche del vecino y arrancamos dirección parada de bus. Cogí dos buses y llegue a Estocolmo. Estuve esperando por Saúl y la familia de Amy (correspondiente de Saúl) como diez interminables minutos y al fin llegaron.
Cuando llegamos al puerto cogimos los billetes y tuvimos que esperar unos 60 minutos, estos si que inacabables, para subir al ferry.

Cuando ya por fin subimos al ferry estuvimos dando vueltas y viendo más que nada los pasatiempos que había en el ferry, entre ellos un casino/escenario para orquestas y espectáculos, tiendas de ropa y electrónica y un tax free (supermercado libre de impuestos). Después de un rato bajamos a cenar al buffet (me llené de comida, no había comido nada en todo el día) y luego nos fuimos a acostar, porque la franja horaria de Finlandia es una hora más, es decir, cuando son las dos pasan a ser las tres, con lo que dormiríamos una hora menos. Además para tomar el desayuno en el buffet tenías que madrugar, y como venía incluido con el ticket, pues madrugamos.

Viernes, 30 de octubre de 2015

¿Sabes esa sensación de mareo cuando estás tumbado o sentado y de repente te levantas muy rápido? Pues la tuve yo toda la noche.
El barco no paró el motor por la noche, como es obvio, con lo que había un ligero tembleque que hacía la acción de dormir una misión imposible. No dormí nada en toda la noche, con lo que me dio tiempo a reflexionar muchas cosas, como por ejemplo si sentía algo diferente por estar en un país nuevo, y saqué la conclusión de que te sientes la misma persona excepto por una cosa, todo te sabe a mucho. Y con esto quiero decir que todo (o casi todo) es nuevo, pues no paras de sorprenderte y al final te sientes como si supieses más, te cambia el modo de ver las cosas, e incluso empatizas con algo o alguien que a lo mejor te resultaba imposible de creer. Y sobre todo te abre realmente los ojos. 
Me "desperté" (levanté de la cama) a eso de las ocho hora finlandesa, y me duché en la reducida ducha del camarote. Bajamos a desayunar al buffet (me di cuenta que adoro los buffets) y nos llenamos de bollos y café. Después Saúl y yo estuvimos en una cafetería del ferry tomando otro café esperando a llegar de una vez a Helsinki.
Y a eso de las nueve y media llegamos por fin. Bajamos del ferry y fuimos directos a ver el centro de información con la familia. Nos recomendaron coger un bus turístico que diese un rodeo por la ciudad ya que es la forma más rápida de ver los sitios más importantes en el poco tiempo que teníamos. También cogimos un mapa y preguntamos por sitios y calles por los que ir a comprar para la familia sueca, pues ya había ido a Helsinki más de una vez.
Salimos del centro turístico y fuimos en busca de la estación de autobuses, la cual no encontramos, y nos tuvimos que conformar con coger un tranvía que daba un rodeo por la ciudad para ver los sitios a los que elegiríamos ir. Después de un tiempo en el tranvía (a eso de las once de la mañana) bajamos para comer a un italiano, donde nos llenamos de pasta. Cuando acabamos nos despedimos de la familia y fuimos Saúl y yo andando, mapa en mano, por las calles de Helsinki, viendo los edificios más importantes y que consideramos demasiado bonitos.
Fue un paseo de más o menos dos horas, pero como queríamos ver tanto no nos llegaba el tiempo, con lo que aceleramos mucho el paso. Con este cambio nos dio tiempo a dar un buen rodeo a Helsinki (las zonas que nos parecieron más importantes, obviamente nos quedó mucho por ver, con lo que tengo citado alg

ún día otro viaje a esta gran ciudad). Vimos muchas cosas, entre ellas la catedral, la biblioteca, el jardín botánico, la estación y más edificios impresionantes a los cuales saqué fotografías sin parar.
Al final llegamos al punto de partida y quedaba media hora para la hora en la que habíamos acordado quedar en el ferry, con lo que decidimos descansar un poco, pues el paseo había sido demasiado largo e intenso. Entramos en un sitio muy bonito y nos tomamos cada uno un buen café con leche.
Llegamos al barco y fuimos directos al spa a relajarnos un poco. Estuvimos una hora y media a remojo entre la sauna y el jacuzzi. Después ya cenamos, pero no en el buffet, ya que el ticket solo incluía tres comidas y decidimos dejarla para el desayuno. Luego fuimos al escenario donde había una orquesta y donde nos tomamos una bebida de sirope de limón y de fresa muy buena.
Para acabar nos fuimos al camarote para acostarnos que estábamos muy cansados, pero como no, no pude dormir casi nada.

Sábado, 31 de octubre de 2015


Hoy dormimos una hora más, por eso del cambio horario entre países, pero solo fue una hora más de sufrimiento continuo por no poder dormir, gracias ferry.
Con todo a las ocho estábamos en pie. Bajamos al buffet y me llené a cafeína para poder sobrevivir y llevar un poco mejor el día. Llegamos a Estocolmo a eso de las nueve y media. Montamos en el coche y me dejaron en una parada de autobús para cogerlo e ir hacia casa. Ya en casa estuve hablando con la familia sueca sobre el viaje y con mis amigos también, después cenamos y me metí en la cama para recuperar tantas horas de sueño perdidas estos dos días.
A pesar de no haber dormido casi nada y de tener los labios todos agrietados por el frío en Helsinki mereció mucho la pena. Helsinki es una ciudad preciosa, y tiene una esencia que cautiva mucho, así como sus habitantes. Y bueno el viaje en barco la verdad es que me lo pasé bastante bien o sea que no me puedo quejar de nada. Doy gracias a la familia de Amy por invitarme y se que algún día voy a volver a Helsinki, me he enamorado de la ciudad.